Crónicas Mutantes

Archivo V - Trashumancia mutante  (Nuevo)

Todo estaba contaminado por un olor putrefacto, el ambiente emanaba un aire nauseabundo. Recorrí los lugares más recónditos. Había logrado burlar la seguridad. Me deshice de las últimas alimañas que custodiaban una de las salidas de la ciudad y así, recuperé mi libertad. 

Necesitaba respuestas y aunque no sabía en qué estado encontraría los bosques y zonas montañosas que alguna vez fueron un refugio para mí, decidí regresar e intentar comunicarme de nuevo con los seres del bosque. Decenios de años antes, al escuchar esas voces arcanas, que emulaban en sonidos ensordecedores, voraces e inentendibles, mi ser se había colmado de profundo terror. Confieso que aún les temo, sin embargo, considero que quizá estos seres arcanos tengan las respuestas que busco.

A estos antiguos lugares no llegan las alimañas. En parte, porque allí no encuentran con que alimentarse. Pero, creo que hay algo más, quizá, al igual que yo, le temen a eso que habita en el bosque.

Empecé el viaje en medio del agobio y la frustración. Tomé provisiones de un viejo cadáver que llevaba consigo pan duro; dos libros de magia astral, una botella de absenta y un arma vieja. A fin de cuentas, ¿Qué más habría de necesitar para un viaje sin regreso? 

Uno de los primeros días de viaje mientras la noche caía, escuché un sonido distante y entrecortado. Al acercarme, un viejo televisor transmitía una noticia pasada. Se presentó ante mí como una visión del poder y la hegemonía del viejo mundo. Suspiré, el aire que flotaba no era como antes, parecía supurar mi piel y si pasaba con mucha fuerza me hacía sentir grietas en la piel que iban acompañadas de un dolor sobrehumano. 

Mis ojos se habían adaptado tanto a la oscuridad que, para no ser devorada por alguna de las nuevas especies o tribus de alimañas, prefería caminar durante horas nocturnas y esconderme de la luz solar. 

Durante el día, mientras me ocultaba de la luz, me sumergía en los libros que había tomado del difunto, distinguí uno de los nombres que se enunciaron en él. Vino a mí el recuerdo aquellas voces distantes, turbias y aterradoras que emanaban del bosque y parecían aclamarlo.

Basándome en los rituales arcanos que se encontraban en aquellos libros, intenté mi primer contacto invocando a Yog Sothoth, leí las palabras astrales y tomé más y más absenta, hasta sentirme ebria. Intenté concentrarme. Esperé que el umbral se abriera. No sucedió nada. Con lágrimas y hastío me arrodillé a llorar, tenía un fuerte sentimiento de haber sido vencida por las circunstancias. 

Esa noche, mientras estaba tendida entre los matorrales, al fin me decidí a descansar. Puse leña a arder, y al ver lo rápido que se consumía no me quedó mejor remedio que aceptar mi destino. Los ojos se me entrecerraron, así que después de muchos días de vigilia me entregué al sueño.


Entre sueños, escuché una profunda voz, una voz impúdica y voraz. La imagen era asquerosa, casi irreal, empecé a ver a un ser un tanto amorfo. Sus ojos parecían emanar de la nada y se posaban sobre los míos. Al verme, el extraño ser se lanzó con ira sobre mí, y en una especie de chillido infernal pude al fin reconocer de fondo la voz del que es todo en uno y uno en todo. Las manos me temblaban, el sudor me cubría y pasé varias horas sin poder pronunciar palabra alguna.

Me desperté creyéndome en una pesadilla pero con el recuerdo latente de lo que pasó. Mis manos habían cambiado tanto que un color verde azulado había reemplazado mi color de piel original, y mis ojos, al ver su reflejo en el agua se tornaban color rojo. Un terror indescriptible se apoderó de mi ser. 

Me acerqué con cautela. Un mundo aterrador que antes apenas podía oír, se rebelaba ante mis ojos. Vi en él un ser cercano a la deformidad, con matices rojos y negros exentos de su color de piel, un cuerpo, en el que los ojos a veces no estaban presentes. No aguanté más, lancé un grito de profundo terror mientras intentaba perforar mis vértebras. 

En medio del desespero disparé; una, dos, tres, diez veces. Me tomé un sorbo más de absenta mientras reproducía mi canción favorita de Dark Tranquility en un viejo aparato. Miré fijamente a la criatura, que, para mí sorpresa seguía teniendo sin embargo visos de humanidad.

La criatura amorfa y extraña, aún para mí, que cambié tanto desde la radiación; me miraba con una risa sardónica; enunciaba palabras en un idioma inteligible para mí. 

No hay paso atrás, le hemos abierto la puerta a El que acecha en el Umbral y a sus hermanos. La humanidad está extinta. Los ritos abandonados al fin han conjurado puertas malditas. Y ya no somos los dueños del mundo, si es que alguna vez lo fuimos.


Frau Eva. 

Encuentra este y otros contenidos en nuestra publicación impresa MUTANT CORP #1. 



Archivo I - Mutant Corp.

En tiempos pasados los gobernantes de las superpotencias inmersos en un estado de locura, desataron la tan temida tercera guerra mundial. Una guerra que solo duró un instante. Después del intercambio de misiles nucleares entre Rusia, China y Estados Unidos; una tormenta radioactiva cubrió el planeta matando a casi todos los seres vivientes sobre la faz de la tierra.

Sin embargo, no todos fuimos exterminados. Protegidos por un mal más allá de toda comprensión, los amantes del metal y los sonidos extremos, sobrevivimos alrededor de todo el mundo. Fuimos capaces de escuchar y comprender la voz de los antiguos. Con el poder del mal corriendo por nuestras venas y la lluvia radioactiva nos convirtieron en poderosos Mutantes con una sola misión: Liberar a los antiguos del pacto al que fueron forzados por el sacrificio de millones. Los Antiguos, fueron invocados a través del Necronomicon. Los gobernantes del mundo ofrecieron a millones de inocentes como sacrificio para traer de regreso a los dioses del caos a cambio de poder. El sacrificio fue tan númeroso que aún los Antiguos con todo su poder fueron incapaces de negarse al pacto. Ahora su poder está en manos de los verdaderos monstruos que rigen este mundo. Quienes instauraron un nuevo régimen. La hegemonía del nuevo mundo.

Según cuenta la leyenda, Mutantes de todo el mundo buscan el camino hacia la ciudad de Hierro, el templo del Metal. Un mítico lugar escondido en las ruinas del viejo mundo; una vez allí, entre descomunales fiestas de alcohol, drogas y sexo desenfrenado, se organizará la resistencia para liberar a los Antiguos. Por esta razón los grandes poderes han decidido exterminarnos y han creado a las Mutant Hunters, cazadoras sin alma.

Mutantes; desadaptados del antiguo mundo, amantes de los sonidos extremos y la violencia sin sentido, somos ahora la luz de este nuevo mundo (en donde por cierto, encajamos a la perfección).

Por ahora, deambulamos por el mundo buscando pistas que nos lleven a nuestro anhelado hogar, mientras sobrevivimos en un mundo consumido por el capitalismo extremo. Aunque el hombre fue erradicado de la faz de la tierra, el sistema ha perdurado y ha sido impuesto a las nuevas Zoociedades creadas a partir de la evolución de las alimañas. Cucarachas y Ratas convertidas en seres humanoides evolucionados por la radiación y el poder maligno de los Antiguos que fue liberado sobre la tierra.

Mutant Corp, la corporación del bajo mundo, es una sociedad secreta creada por los últimos mutantes para destruir el sistema desde adentro.

J. García.


Archivo II - ¡Intentamos advertirlos!

Antes de que pudiéramos darnos cuenta el mundo se fue a la mierda. Todo sucedió tan rápido que apenas pudimos verlo venir.

Cuando nos dimos cuenta del error que cometimos ya era demasiado tarde. Muy pronto el mundo entero se encontraba en manos de psicópatas, racistas, fascistas y ultra-religiosos. Nos arrastraron a la última guerra mundial como ganado al matadero. Ríos de idiotas los seguían y se mataban unos a otros en nombre de sus dioses, sus bancos, sus colores. El mundo fue dividido en derecha e izquierda. Y cuando intentamos reaccionar…

¡KABOOOOMMMM!!!! Luego vino el invierno nuclear.

Entrar en detalles quizá nos tomaría un libro completo. Así que en resumen: La radiación, los fármacos y los avances en genética lograron convertir al hombre en el parásito definitivo ¡sobrevivimos! Se crearon muchas nuevas razas, entre ellas los Mutantes.

Algunos Mutantes tienen el poder de dejar mensajes. Señales en las mentes de sus antecesores. Pero en nuestro pasado (Su presente), los únicos que tiene la sensibilidad para escuchar el mensaje son los artistas, ustedes lo llamarían inspiración; Ahora, intentamos advertir a la humanidad entera a través del arte, lo que ha de suceder en el futuro. Intentamos advertirlos.

J. García.




Archivo III - Legión Mutante


Artistas de todo el mundo se unen al llamado para salvar su futuro. A través de sus cómics, cuentos, música y toda clase de Expresiones artísticas llevarán el mensaje, la advertencia.

El tiempo es ahora, el mundo debe escuchar. Sobre su futuro, deben saber que los Mutantes no superaron sus diferencias, son cazado y exterminados uno a uno. Pero ustedes pueden marcar la diferencia. Unidos son más fuertes, reúnan a la Legión Mutante y cambien su destino.

Tic Toc Tic Toc… el reloj corre.

J. García.


Archivo IV -Guía práctica para sobrevivir al futuro radioactivo.

1.     No se exponga a la radiación mutante: Si es alérgico a reacciones “brusquitas” en su sistema nervioso, músculos y órganos internos. Absténgase a salir de casa. Considere sus opciones, en la mayoría de los casos es mejor morir de hambre que entrar a formar parte de la cadena alimenticia de alguno de sus antiguos vecinos. Esa criatura hambrienta , ya no es nada suyo ¡dispare!

2.     Nueva dieta: La hierba ha sido bañada por la lluvia ácida. Los roedores y las cucarachas empiezan a verse apetitosos, solo evite a las grandes, podrían terminar intercambiando papeles.

3.     Inclusión en el holocausto: Si se encuentra en tal situación que lo lleve a creerse inmerso en una película de terror y pertenece a etnia específica o una minoría racial ¡corra! En los holocaustos y en las películas de Hollywood son los primeros en morir.

4.     Qué hacer en caso de exposición directa a entes contaminantes?: Sí ha sido expuesto a mordedura, rasguño o cualquier otra clase de daño físico ocasionado por un zombi; proceda inmediatamente a amputar la parte afectada del. Recuerde que tiene unos cuantos minutos antes de empezar a pronunciar la frase “duélale al que le duela”.

5.       Máxima alerta: Evite a toda costa cualquier encuentro con una Mutant Hunter. En el desafortunado caso de cruzarse en su camino, no oponga resistencia, acepte su final con dignidad. Gritar como una niña no lo salvará de su destino, no importa quien sea, ni que tan rápido pueda correr, usted ya está muerto.

J. García, Mott

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